sábado, 31 de diciembre de 2011

Redes sociales y periodismo, política y sociedad.

Redes sociales y conflictos.

El papel de la tecnología y los nuevos dispositivos móviles se han convertido en algo imprescindible en la cobertura de los temas de actualidad. Es un cambio a la hora de hacer noticias y de distribuirlas. La aparición de las redes sociales y de Internet ha reforzado la idea surgida durante la postmodernidad de atribuir un valor especial a la instantaneidad, aunque a la vez, este aspecto provoca la idea de una disminución en la calidad de las informaciones.

Fueron, precisamente, las redes sociales y sus usuarios los que hicieron posible el estallido de las revoluciones árabes y, posteriormente, para contar cómo se desarrolló lo que ellas mismas crearon. Las revueltas en Egipto y el terremoto de Japón se reflejaron en Twitter, Facebook o Tumblr, en donde las víctimas y los protagonistas relataban los acontecimientos, compartiendo en tiempo real lo que estaba sucediendo. Las redes sociales se convirtieron entonces en una gran plataforma de información.

Ahora más que nunca son imprescindibles los protagonistas involucrados en un conflicto para contarlo. Es lo que se conoce como periodismo ciudadano. Las nuevas tecnologías permiten a todos los testigos de los sucesos, cualquier ciudadano, contribuir en la elaboración de una historia o incluso contarla él mismo.

Además, Internet aporta al periodismo un acceso más fácil a multitud de fuentes de información gratuitas, y es función y responsabilidad del periodista filtrar y supervisar es información. El problema reside en cómo comprobar esa veracidad. Por ello, el siguiente paso sería crear una herramienta que ayudase a filtrar usuarios y verificar información.

Por ejemplo, durante las revoluciones árabes, la agencia de noticias Al Jazeera confió más en los medios de comunicación sociales para juntar información. Las primeras informaciones llegaron desde los blogs y redes sociales, de las noticias, vídeos e imágenes que los jóvenes árabes subían a la red. Al Jazeera publicaba vídeos ciudadanos y los archivos sonoros, más de 1.200 al día, y varios periodistas de la agencia verificaban las informaciones durante las 24 horas del día.



Otro ejemplo de periodismo de uso de redes sociales como herramienta en conflictos es Andy Carvin, que desde su cuenta de Twitter, cubrió los acontecimientos del mundo árabe. Contó con más de 1600 fuentes, entre ellas periodistas, miembros de organizaciones, participantes de las revueltas y ciudadanos usuarios de Twitter. Fomentó el feedback con sus seguidores, recabando de esta manera información y comprobando su veracidad mediante distintos requisitos que iba exigiendo a la fuente (como fotografiarse con el periódico del día o estudiar sus anteriores tweets). Si le falta algún dato, pregunta para que alguien se lo facilite; si necesita una fuente segura que le certifique que un suceso ha ocurrido de verdad, la reclama.


Oscar Mijallo, corresponsal de guerra de Tve española, presente en las revueltas, representa la otra cara de la moneda al oponerse a las redes sociales como fuentes de información.





Luna Ortega

Reportaje Redes Sociales

Los jóvenes son los principales usuarios de las redes sociales en la actualidad, y los que más tiempo pasan en ellas. Por ello, hemos querido conocer la opinión de varias chicas, estudiantes universitarias de diferentes carreras, al respecto.





Los propietarios de móvil con conexión a Internet, están conectados a las redes sociales las 24 horas del día. Twitter, whatsApp, Tuenti, Facebook...cada mención, actualización o conversación aparece instantáneamente en las pantallas, reclamando su atención. Lo primero que hacen al despertar es mirar lo que ha sucedido desde que cerraron los ojos, y lo último que hacen antes de cerrarlos, es mirar lo último que se ha publicado o incluso informar de que van a acostarse.

Pero aún hay mucho más. Como estas usuarias explican, para ellas las redes sociales es el medio que utilizan a la hora de informarse de lo que acaba de suceder, de lo instantáneo. A veces, se limitan a leer los 140 caracteres del tweet, pero si el contenido les interesa, amplían la información mediante en el enlace. Y no duda en admitir que ahora están mucho más informadas que antes, y que forman parte de esa comunidad en la que todos comparten contenido.

Luna Ortega

Redes sociales y suplantación de la identidad

Como todo avance tecnológico y virtual, las redes sociales se caracterizan por las ventajas que proporcionan a la sociedad pero también traen consigo ciertos inconvenientes.

Una red social consiste en un espacio en el que uno crea su propia identidad virtual, la cual comparte con todas aquellas personas que uno mismo desee (agregar amigos en Facebook, seguir personas en Twitter).

Sin embargo, a menudo nos encontramos con varias identidades similares, personas que suplantan la identidad de otras personas, complicando la comunicación entre los cibernautas y creando una serie de problemas a las personas implicadas.

Normalmente, los que se ven amenazados por este tipo de cosas son los famosos, personas conocidas a nivel mundial, e idolatradas o criticadas por quienes les rodean.


Existen infinidad de perfiles bajo el nombre Alejandro Sanz, Maxi Iglesias (113 perfiles en tuenti), Shakira, etc. y sólo uno de ellos se corresponde con la persona en cuestión.

Los juristas españoles temen a estos nuevos medios de comunicación al considerar que en muchas ocasiones atentan contra el derecho a la privacidad de las personas.





Aunque en Facebook o en Tuenti exista la posibilidad de mantener privado tu perfil, son muchas las personas capaces de saltarse este sistema de seguridad, así como cualquiera puede de forma sencilla guardar fotos ajenas con una simple captura de pantalla.

Nunca se sabe el alcance que puede llegar a tener una foto o un vídeo, quién puede haber sacado la foto en la que tú también apareces y quién es el que la comparte con personas que uno ni siquiera conoce. ¿Realmente tenemos vida privada en las redes sociales?



Sin embargo, hay que destacar que en los últimos tres años los internautas españolas han demostrado una mayor preocupación por su privacidad, reduciéndose en un 33% el número de usuarios que tienen configurado su perfil de forma pública.

Esto supone un avance y una mejora en el mundo de las redes sociales, dando mayor importancia a la intimidad, a la privacidad y a la imagen, como derechos fundamentales que debemos poseer y proteger todos y cada uno de nosotros.

Redes sociales y jóvenes

Puede parecer sorprendente, pero así como el alcohólico siente dependencia del alcohol y el drogadicto de las drogas, el joven del siglo XXI siente dependencia de las redes sociales, una de las principales preocupaciones de los padres de hoy en día.

A medida que las nuevas tecnologías van haciéndose hueco entre la sociedad actual, lo hacen estos nuevos medios de comunicación. Evoluciona el mundo de Internet y de la mano las redes sociales.
En tan solo diez u ocho años, los jóvenes han pasado del Messenger al Facebook, del Fotolog al Twitter ó mejor aún, a la creación de blogs.

Se trata de formas de comunicación recientes que cumplen los requisitos de bueno, bonito y barato, que en este caso se equipara con inmediatez, accesibilidad y sencillez.

Puedes mantener una conversación con cualquier persona de este mundo, a cualquier hora y fácilmente.
 
Esto también tiene su parte negativa, los adolescentes e incluso adultos, se esconden a través de sus ordenadores, teléfonos, etc. La comunicación face to face disminuye, las relaciones personales se enfrían, hablamos a través de máquinas que cubren nuestras caras y a menudo nuestras personalidades.

Sin embargo, estos espacios virtuales se encuentran en auge debido a que las personas se desinhiben a través de ellos y en primer lugar, a causa de la velocidad con la cual se lanzan y reciben mensajes.

Es escandaloso, pero por cada cinco jóvenes entrevistados, cuatro afirman que dependen de las redes sociales para ir afrontando su día a día. ``Me levanto y miro el móvil, me acuesto y lo último que hago es mirar el móvil´´ afirmaba Pilar, una de las entrevistadas.

Dentro de todos estos medios de comunicación, parece ser que Twitter y Facebook son los que tienen más aceptación entre los jóvenes.

Sin embargo, no nos podemos olvidar del gran efecto que ha tenido la aparición del whatsapp entre la sociedad. La venta de teléfonos móviles inteligentes se ha disparado principalmente por el nacimiento de esta aplicación.

Se trata de comunicación rápida, sencilla e inmediata a través de una simple aplicación del móvil. Envío de fotos, transferencia de vídeos, conversaciones en grupo, un verdadero chollo para los jóvenes normalmente inquietos y amantes de los avances tecnológicos.

Por último, merece la pena destacar el fenómeno del blog. Consiste en un espacio virtual moldeado por uno mismo, en el cual uno puede publicar sus intereses, pensamientos, aficiones, etc.
Los estudiantes de periodismo afirman que es el lugar idóneo para desarrollar la escritura, a través de la actualidad o de temas personales, en el que pueden sacar a la luz todo su potencial como amantes de los contenidos escritos.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Redes sociales y periodistas.

El periodista debe ser consciente de la responsabilidad que tiene entre las manos: es el superhombre, la máquina multitarea, que tendrá que ocupar el puesto de reportero, diseñador, editor y maquetador. Él decide qué y cómo mostrará a partir de su cuenta, sin olvidar en ningún momento que a pesar de tratarse de su ID personal, es algo público, y cómo personaje de la mismas características, e incluso como líder de opinión, debe cuidar su trabajo y estudiarlo antes de publicarlo.

Muchos periodistas hacen uso de estas herramientas para compartir con sus lectores/seguidores, una plataforma en la que compartir contenidos. Por ello, toma importancia el concepto de enlace.

Elances que llevan a los propios contenidos creados por el periodista en su cadena o periódico, enlaces que guían al usuario a la información aportada por otros usuarios o, incluso, hay periodistas que comparten enlaces que llevan a contenidos de otros medios de comunicación. Los analistas más perspicaces ya han descubierto que es ahí donde reside el futuro del periodismo: en el feedback con los usuarios.

No solo es una manera eficaz de construir tu propia marca como periodistas o en representación de tu medio de comunicación en la red. Los lectores quieren ser escuchados, de ahí lo revolucionario de esas redes sociales en las que impera ser el que más seguidores tiene, es decir, el que es más escuchado. Y, en ocasiones, la voz de los usuarios es más importante de lo que el ego periodístico ha podido soportar hasta ahora. Los periodistas digitales, presentes en las redes sociales, han aprendido a utilizarlas como herramientas escuchando a los usuarios, contestando a sus demandas y encontrando información.

En twitter se pueden encontrar fuentes esenciales para construir una noticia o contrastar datos. El periodista puede ampliar su trabajo a partir de lo que sus seguidores le envían, o descubrir qué interesa a sus lectores, qué quieren escuchar. Se crea una comunidad de audiencias, noticias, mensajes y fuentes de información.

De hecho, Facebook y Twitter, como testigos presenciales de este cambio, han decidido integrar unas plataformas en sus redes para facilitar la labor de los periodistas y este feedback entre los usuarios, para que la información fluya más fácilmente. La plataforma 'Twitter para periodistas' se organiza mediante hastags (#report, #engage, etc).


Por su parte, la red creada por Mark Zuckerberg, ha creado 'Facebook and journalists', una guía para ayudar a los periodistas a optimizar su perfil de Facebook a la hora de compartir información y fomentar el feedback. Sin embargo, es Twitter quien lidera como herramientas de las nuevas tecnologías, sobretodo por la presencia cada vez más grande de periodistas en la red.

Luna Ortega

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Redes sociales y economía

Parece mentira que el mundo de las nuevas tecnologías haya revolucionado la economía española, en gran parte, gracias al nacimiento de las redes sociales.
Estas nuevas formas de comunicación salieron a la luz a raíz de la aparición de los ordenadores e Internet, punto clave para acceder a la world wide web (Tim Berners Lee como creador de la w.w.w).

La venta de ordenadores alcanzó su apogeo a finales del siglo XX y como consecuencia, los beneficios obtenidos en este sector se dispararon. Del mismo modo sucedió con el sector oligopolístico destinado a proporcionar a los españoles el servicio de acceso a Internet (ONO, Telefónica, etc.)

Años más tarde, ya una vez asentados en el siglo XXI, tienen lugar grandes innovaciones tecnológicas que facilitan la comunicación a través de estas redes sociales, escontrándonos en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora.

Aparecen los ordenadores portátiles, los Ipads y los telefónos móviles inteligentes, siendo estos últimos los que mayor efecto han causado en la economía española, gracias al gran éxito y aceptación que han tenido entre la sociedad.

Telefónos móviles inteligentes = crecimiento de la economía


Uno ya no necesita estar en casa para poder ver el correo, hablar con sus amigos por Facebook o seguir a los famosos por Twitter, basta con poseer un teléfono móvil inteligente y una tarifa determinada de Internet.

Las compañías telefónicas, por tanto, se han visto gratamente favorecidas por el nacimiento de las redes sociales, y en primera instancia, por el nacimiento de Internet.

Las llamadas telefónicas han disminuido en los últimos años debido a la aparición de estas nuevas formas de comunicación (whatsapp, tuenti, facebook, twitter...), sin embargo la contratación de Internet ha subido como la espuma. Esto da lugar a tarifas fijas, como en Orange, (tarifa delfín, tarifa panda, tarifa león, tarifa ardilla), con la posibilidad de aumentar la cuota establecida en función del número de llamadas o de mensajes que uno realice. Y aunque parezca mentira, ha ocasionado un aumento del gasto en telefonía móvil de todos los habitantes españoles y extranjeros.

Todo ello repercute a la economía española, apostando por tanto, por las nuevas tecnologías como punto clave del crecimiento económico, y no únicamente en España, sino a nivel mundial.